miércoles, 30 de diciembre de 2009

Luis María Frómeta, mejor conocido como Billo, creador de la orquesta, nace el 15 de noviembre de 1915 en la ciudad de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. Años después se traslada, junto a su padres y hermanos, a residenciarse en San Francisco de Macorís, ciudad del interior de la república. En la escuela primaria era materia obligada la música, asistiendo diariamente a la academia antes de entrar a clases.


En esa academia aprende teoría y solfeo con el profesor Sixto Brea, armonía y composición con el profesor Rafael Pimentel y saxofón y clarinete con el profesor Oguis Negrete.

Conoció en esa academia a dos compañeros que fueron sus grandes amigos: Simón Damirón y Rafael Minaya (Tatán).

Billo a los 15 años fue fundador y primer director, con el grado de Capitán, de la Banda del Cuerpo de Bomberos de Ciudad Trujillo, compuesta por 48 profesores. Lo que fue una buena oportunidad para practicar y ampliar sus conocimientos de armonía y composición, así como sus pasos en el campo de la instrumentación. También fue fundador de la Orquesta Sinfónica de Santo Domingo.

En el año 1933 se traslada de nuevo a la capital y comienza a dar clases de guitarra a domicilio, hace arreglos pequeños para conjuntos musicales y es cuando conoce a un amigo invalorable que le proporcionó trabajo en un teatro como saxofonista en la orquesta que acompañaba a los artistas que pasaban por la ciudad. Este joven brillante, estudiante de violín no era otro que Freddy Coronado, quien lo anima a formar un grupo que se llamó Conjunto Tropical y que trabajaba en la emisora de radio HIN.

La reunión de Freddy Coronado, Simón Damirón, estudiantes de Ingeniería, Ernesto Chapuseaux y el Maestro Billo, estudiantes de Medicina, dio como resultado la formación de una orquesta de baile que se denominó Santo Domingo Jazz Band, la cual fue dirigida por Damirón al principio y luego por Billo, al irse el primero a vivir a Puerto Rico.

Billo al ingresar a la Universidad de Santo Domingo como estudiante de Medicina tuvo que abandonar toda actividad musical hasta que su inclinación natural lo obligó a retirarse a los tres años de estudio, dedicándose por completo a sus funciones como director de orquesta.

Billo y sus compañeros de orquesta parten de Santo Domingo el 26 de diciembre de 1937, del Puerto del Río Ozama a bordo de un barco llamado "Sordwagen", teniendo que viajar en la carbonera, sin comida ni la más mínima atención, teniendo que comer naranjas, pan, queso y algunas cosas más para alimentarse durante el viaje.

Según las palabra del propio Maestro Billo Frómeta, la orquesta no era sino una copia de las de moda en aquel entonces: Orquesta de Rafael Muñoz de Puerto Rico y la Casino de la Playa de Cuba.

A Venezuela llegaron el 31 de diciembre de 1937, para tocar en el Roof Garden, primer local danzante de prestigio en la Caracas de entonces, ubicado en pleno centro de la ciudad, en la esquina de La Torre, frente a la Plaza Bolívar. Los hermanos Sabal, dueños del Roof Garden, decidieron cambiarle el nombre de la orquesta por el de Billo's Happy Boys. Este cambio de nombre produjo protestas en la República Dominicana porque se evitaba la mención de la capital de aquel país. Este inconveniente y la prórroga consecutiva del contrato fueron obligando a los músicos y cantantes a permanecer en la ciudad de Caracas, cada uno de los integrantes de la orquesta ganaba 73 bolívares. In

cluyendo al director. Para aquella época no había programas de radio con orquesta, por lo que Billo se limitaba a sus actuaciones en el Roof Garden todos los día, menos los lunes, de 10 de la noche a 4 de la madrugada, más el Vermouth Danzante de los domingos entre las 12 del mediodía y las 5 de la tarde. Radio Caracas transmitía los bailes.

En 1939 Billo se vio afectado por el tifus, los médicos dijeron que era imposible salvarlo. La orquesta se disolvió.

Pero Billo hizo quedar mal a los médicos y meses después, tras haber perdido el cabello, volvió a tomar la batuta y el saxofón.

En 1958, a la caída del gobierno del General Pérez Jiménez, Billo sufrió una serie de ataques, quizá desatados por la envidia ante los éxitos que cosechaba, teniendo que enfrentar demandas y hasta un veto por parte de la Asociación Musical de D.F. y Estado Miranda, prohibiéndole actuar de por vida en Venezuela.

El maestro Billo Frómeta se va a Cuba donde realiza algún trabajo musical y graba con una orquesta integrada por músicos de la isla.

En esa breve época de Billo en Cuba son varias las grabaciones que se editan en Venezuela con los sellos disqueros "Sonus" y "Venevox", en las cuales cantan Víctor Piñero, Alberto Beltrán, Pío Leiva, Carlos Díaz, etc.

En mayo de 1960 regresa Billo a Caracas y le es levantado el veto en una asamblea de la Asociación Musical convocada para tal fin, que en su mayoría vio como injusta y personal la medida en contra del Maestro.

Su gran ilusión se iba a cumplir el día 28 de abril de 1988, dirigiría la Orquesta Sinfónica de Venezuela en el majestuoso Teatro Teresa Carreño, en el marco del homenaje que por sus cincuenta años de vida artística en Venezuela le brindaría Caracas, esa Caracas a la que tanto le cantó, sus mejores amigos y artistas que le acompañaron durante su carrera musical, iban a cantarle en un concierto en su honor.

Pero un día antes, el 27 de abril de 1988, cuando termina el ensayo de la canción "Un Cubano En Caracas" sufre un derrame cerebral, la emoción que le produjo el momento, lo hizo desplomarse ante la mirada de los músicos que minutos antes lo aplaudieron de pie. El Maestro Billo muere una semana después, el 5 de mayo de 1988.

Con la muerte del Maestro Billo se cierra una página importante en la historia musical venezolana, por cuanto su orquesta animó el espíritu nacional y le enseñó a querer no solo a la música nativa, sino también el excepcional merengue de su tierra que llevaba en su sangre, en su oído musical y componía con extraordinaria facilidad cada una de sus canciones o piezas musicales que luego interpretaría con su famosa orquesta Billo's Caracas Boys.

El Maestro Billo ocupó en vida y ocupará por siempre, un lugar muy especial en el mundo de la música popular latinoamericana.

Fue músico de nacimiento, intuitivo en el sentido de que aún descartando sus muchos años de aprendizaje teórico y la constante práctica y ensayo, llevaba en su sangre el don melódico y rítmico, además era observador estudioso de la idiosincracia popular, la que siempre supo captar genuinamente y traducir al pentagrama con sencillez, por eso triunfó una y otra vez por encima de los obstáculos que se le presentaron en su agitada carrera musical de 50 años en Venezuela y el mundo bailador.

Esta fue la vida de un hombre que se convirtió en el gran personaje de la música bailable de Venezuela, que compartió gratos momentos con su música y ha sido el más aplaudido director de orquesta en Venezuela con su orquesta Billo's Caracas Boys, la orquesta más popular de Venezuela.

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